Holaaaaa
Ya estamos en el ecuador de la semana!!! A pesar de que haya vuelto de las vacaciones en el trabajo, hoy es uno de esos días en los que librar me llena de alegría!!!! Uffff qué pesadita se hace la vuelta...ya no me acordaba. En estos casos entiendo a los niños cuando tienen que hacer la vuelta al cole!!
El otro día os enseñé una caja de vinos reciclada, y hoy os deleito con una especie de cajas agrícolas, sí sí, de esas donde llevan la fruta a los mercados, o por lo menos en aquellos tiempos en los que yo era niña. Eran de mi abuelo, y como en el campo teníamos (y seguimos teniendo pero en menor cantidad) muchos árboles frutales, después recolectaba mi abuelo la fruta y se la llevaba en estas cajas para venderlas. El caso es que mi padre tiene montones y montones de ellas, y le dije que me diera dos.
Cuando las vea esta tarde no se va a creer lo que les he hecho...jijijiji
Quería guardar la vajilla de 12 comensales que mi madre me regaló y se me ocurrió esta genial idea. De paso, todo hay que decirlo, quería estrenar mis nuevas pinturas a la tiza que compré el otro día, con estos colores tan vivos. Utilicé un Rojo Romance y un Verde Fortuna, preciosos ambos!!
Se me pasó, con tanta emoción, de hacer un breve recorrido del cambio de las mismas, pero simplemente les di unos toques de blanco, pasé la vela y después les di el color. Una vez seca, lijadita y estarcidos en tapioca con varias de las plantillas que le compro a Lucía Sapena. Ya después dos capas de barniz mate
Esta verde, hice la prueba en la leja de la barbacoa, para dejar los saquitos de palitos de leña que me hizo mi padre. Así que creo que le voy a dar alguna que otra capa de barniz para que aguante las temperaturas de exterior.
El remate final ya era enrollarles alrededor de las asas un poco de cuerda, varios washi tape de los buenos, para que no se despegaran, un poco de arpillera en el fondo et voilà!!!
¡¡Feliz semana!!
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